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Patologías
Artrosis de Rodilla
La razón de la gran frecuencia de la artrosis de rodilla, en comparación con otras articulaciones del cuerpo, es por que la rodilla es una articulación "de carga", es decir, tiene que soportar el peso del cuerpo y de los objetos que transportamos.

Además del fémur y de la tibia, en la articulación de la rodilla existe otro hueso fundamental para su correcto funcionamiento, la rótula. En el interior de la rodilla todos estos huesos se encuentran recubiertos de cartílago, que sirve para evitar el roce de hueso con hueso en los movimientos de la rodilla, facilitando el deslizamiento y amortiguando los golpes.

Las articulaciones son los componentes del esqueleto que permiten la conexión entre dos huesos (como por ejemplo el codo, la rodilla, la cadera, etc.) y, por lo tanto, el movimiento. El cartílago es el tejido encargado de recubrir los extremos de estos huesos y es indispensable para el buen funcionamiento de la articulación puesto que actúa como un amortiguador.

Precisamente es el desgaste con el paso de los años y el envejecimiento de los cartílagos lo que da origen a la artrosis.

¿Cuales son los síntomas habituales?

El síntoma fundamental del paciente con artrosis de rodilla es el dolor. Al principio, el dolor es muy leve, sólo aparece cuando se ha realizado una actividad física muy importante y cede rápidamente con el reposo.

Cuando la enfermedad se ha establecido, es normal que el paciente note mayores molestias cuando empieza a caminar, mejorando los síntomas después de llevar un rato andando.

Al dolor se le añade una sensación de rigidez y de dificultad para flexionar y extender la pierna, que es también más intensa después de haber permanecido mucho tiempo en reposo. Otro síntoma es la sensación de chasquido, que se produce al flexionar la rodilla.

El dolor en la rodilla es mayor cuando se sube y baja escaleras, cuando el paciente se pone en cuclillas y cuando  camina por un terreno irregular. En artrosis más severas, el paciente puede notar síntomas incluso en reposo.

Con un esfuerzo físico mayor del habitual (un paseo más largo, por ejemplo), el dolor se agudiza, se hace continuo e, incluso, la rodilla se hincha por formarse un derrame articular.

Los síntomas más habituales son:
  • Dolor en la rodilla.
  • Fallo de la pierna al cargar en ella.
  • Inflamación de la articulación.
  • Rigidez de la articulación.
En los casos en los que se alcanzan fases más avanzadas de la enfermedad, además del dolor, que se hace más continuo e intenso, el paciente sufre una disminución del rango de movilidad  (por ejemplo, no puede flexionar o extender completamente la pierna).

También pueden aparecer ciertas deformidades de la articulación y alteraciones en la alineación de los huesos, con arqueamiento de la extremidad inferior tanto hacia adentro como afuera. Es habitual que el paciente cojee al caminar y que la rodilla se debilite, notando él enfermo con alguna frecuencia una sensación de "fallo" en la rodilla al dar los pasos.

¿Cuales son las causas?

La edad en la que suele empezar a desarrollarse la artrosis se sitúa alrededor de los 50 años y su progresión es muy lenta.

La artrosis de rodilla es muy rara en gente jóven, a no ser que hayan sufrido un problema previo en la articulación (fractura o traumatismo, lesión meniscal, lesión de ligamento cruzado anterior) que favorezca la aparición de una artrosis como complicación.

La obesidad es otro factor que tiene una importante relación con el desarrollo de artrosis en las rodillas. Es fácil entender que en una persona obesa sus rodillas tienen que soportar una sobrecarga de peso que favorece un mayor desgaste de la articulación.

Además, la artrosis de rodilla es más frecuente en las mujeres que en los hombres. La razón de esta diferencia entre sexos es desconocida.

Medidas Preventivas

Es aconsejable:
  • Moverse con frecuencia, alternando con períodos de reposo.
  • Cambios frecuentes de posición de las rodillas, realizando ejercicios suaves, constantes, lentos de movilidad de las mismas, insistiendo en la extensión completa.
  • En viajes largos de automóvil/avión, levantarse cada 2 horas para mover las piernas, especialmente estirarlas bien, etc.
  • Utilizar calzado de taco bajo y contrafuerte firme.
  • Practicar natación y/o bicicleta sin resistencia.
  • Mantener el peso adecuado a su edad y constitución.
  • En fase inflamatoria, aplicación de frío local (nunca directamente).
  • Entrar y salir del coche con precaución.
Evitará:
  • Subir y bajar escaleras sin necesidad.
  • Calles con mucha pendiente.
  • Estar un rato largo con las rodillas flexionadas.
  • Caminar en exceso, especialmente por terreno irregular.
  • Arrodillarse/ponerse en cuclillas.
  • Cargar pesos.
  • Giros y torsiones con el pie fijo.

¿Como se diagnostica?

El diagnóstico de la artrosis de rodilla es sencillo. Se basa en el interrogatorio que realiza el médico al paciente sobre las características de los síntomas, seguido de una exploración de la articulación afectada, con la evaluación de los movimientos de la misma.

El diagnóstico se confirma mediante la práctica de radiografía de las rodillas de frente y perfil, en las que el médico puede ver los signos inconfundibles y característicos de la artrosis.

Los análisis de sangre y las denominadas "pruebas reumáticas" son siempre normales en esta enfermedad.

Otras pruebas, como la Resonancia Magnética o la Tomografía Computada, no son necesarias para diagnosticar una artrosis, a excepción que  se sospeche alguna complicación en la rodilla, u otra lesión que no tenga que ver con la artrosis (una rotura de menisco, por ejemplo).

¿Cuál es el Tratamiento?

El principal objetivo del tratamiento en la artrosis es mejorar el dolor y la incapacidad funcional sin provocar efectos secundarios. Para conseguirlo, el primer paso será evitar todo lo que contribuye a lesionar las articulaciones como el sobrepeso, los movimientos repetitivos, actitudes inadecuadas en el trabajo, etc.

Descenso de peso

La reducción del peso corporal puede ayudar a disminuir la carga a la cual se somete la articulación de la rodilla, de esta manera se la exigiría menos por lo que en muchos casos se puede mejorar la sintomatología, y a su vez se puede demorar la progresión de la enfermedad. Es importante realizar una consulta con un nutricionista para realizar una dieta balanceada y controlada.

Fisioterapia

El aumento de la fuerza muscular mejora la mecánica y reduce la carga articular de la rodilla artrósica. Los beneficios obtenidos con la fisioterapia variaran según el grado de desgaste articular y la sintomatología de cada paciente. Los beneficios obtenidos al mejorar la masa muscular del cuadriceps pueden lograr mejorias del dolor a largo plazo, sobre todo en pacientes con grados de deterioro  leve a moderado.  La fisioterapia debe incluir el fortalecimiento local y ejercicios aeróbicos generales.
 
Otras opciones terapéuticas

Los tratamientos complementarios como la electroterapia (como las máquinas de electro estimulación nerviosa transcutánea o TENS por las siglas del inglés) y la termoterapia (paños calientes o fríos), también pueden ser de utilidad, aunque en este caso los beneficios obtenidos no suelen perdurar por periodos prolongados de tiempo. 

Métodos farmacológicos

Diversos analgésicos, entre ellos el paracetamol, los AINE y los opioides se emplean para tratar el dolor. Es importante que el paciente informe sobre posibles alergias, antecedentes de trastornos gástricos, cardiacos y renales antes de indicar el tratamiento farmacológico. Generalmente, estos tratamientos se dan de manera escalonada y en muchos casos se acompañan de protectores gástricos para disminuir el riesgo de complicaciones. 

Los tratamientos farmacológicos cumplen un rol importante para reducir el dolor y mejorar el estado funcional, esto ha sido comunicado en numerosas publicaciones científicas. 

Medicación Condroprotectora

Son los únicos medicamentos específicos para tratar la artrosis a largo plazo porque actúan directamente sobre la articulación afectada. No sólo alivian el dolor y mejoran la movilidad, sino que se está demostrando que tienen capacidad para atacar la enfermedad de raíz, ralentizando el deterioro de la articulación. Entre ellos encontramos fármacos como el condroitín sulfato, el sulfato de glucosamina y el ácido hialurónico.

En 2015, The Cochrane Library publicó una revisión sobre condroitín sulfato que confirma la eficacia y seguridad de este fármaco en el tratamiento de la artrosis. Las conclusiones evidencian que los pacientes tratados con condroitín sulfato presentaron una mejora del dolor y de la capacidad funcional estadísticamente significativa y clínicamente relevante frente a placebo, demostrando además ventajas de seguridad.

Inyecciones intra-articulares

Se deben considerar las inyecciones intra-articulares para el alivio del dolor que no responde a la analgesia oral, para la inflamación aguda o cuando la inyección se puede emplear para confirmar el diagnóstico de artrosis. Los corticoides tienen potentes propiedades antiinflamatorias y disminuyen el grado de sinovitis en la artrosis. (inflamación de la membrana sinovial)

En la actualidad, contamos también con terapias biológicas que son de gran utilidad en pacientes con artrosis leve a moderado. Estas son el Plasma Rico en Plaquetas (PRP), la Proloterapia (Glucosa Hipertónica) y el Aspirado de Medula Osea (BMA). 

Cirugía

Las opciones quirúrgicas cambian rotundamente según el grado de desgaste articular de cada paciente. Podemos dividir los procesos quirúrgicos en cirugías de preservación articular y cirugías de reemplazo articular.

Cirugías de preservación articular

Son aquellas destinadas a reparar el área de lesión, preservando la articulación del paciente. Este tipo de procedimento se reserva para pacientes con deterioro articular leve a moderado, o ante la presencia de problemas puntuales en la articulación.

Podemos encontrar una amplia gama de terapéuticas englobadas bajo este titulo, dentro de los procedimientos mas comunes podemos encontrar el transplante o auto-injerto de cartílago, transplantes meniscales, las osteotomías o cirugías de corrección del eje del miembro.

Para determinar si un paciente es apto para realizar una cirugía de transplante o auto-injerto de cartílago debemos tener en cuenta el tamaño de la lesión, si hay una "lesión en beso" que involucre la superficie del cartílago en el lado opuesto del defecto, la cantidad de menisco presente, cualquier inestabilidad del ligamento y alineación estructural de la rodilla del paciente. Si el menisco tuvo una escisión previa de tamaño considerable, entonces hay menos chances de que el transplante de cartílago sea exitoso. Esto se debe al importante papel de amortiguación que juegan los meniscos en la rodilla. El menisco sirve como amortiguador distribuyendo la carga entre la tibia y el fémur. Por lo tanto, para algunos tipos de artrosis de rodilla, se debe realizar un trasplante meniscal simultáneo para restaurar el efecto de amortiguación de las superficies de la articulación.

Además, es importante evaluar la alineación de la rodilla del paciente. En comparación con los pacientes que tienen una alineación normal, los pacientes con piernas arqueadas (alineación en varo) y que tienen lesiones en el interior de la rodilla tienen una probabilidad mucho menor de que la cirugía de transplante de cartílago funcione con éxito.

Todo esto demuestra la complejidad de cada caso en particular y la importancia de realizar un buen examen físico, en conjunto de la evaluación de los estudios del paciente para determinar si se necesitara realizar uno o un conjunto de estos procedimientos en simultáneo para restaurar la biomecánica de la rodilla, quitar el dolor y evitar la progresión del proceso artrósico.

Cirugías de Reemplazo Articular

Son aquellas en las cuales se reemplaza el área de lesión por un componente artificial protésico para restaurar la biomecánica de la rodilla afectada. Se destina a pacientes con grados de deterioro  moderado o severo. Este reemplazo puede ser parcial, en los casos en los que solo una región de la rodilla se encuentre afectada (Prótesis Unicompartimentales) o total, cuando toda la articulación presente un deterioro artrósico (Prótesis Total de Rodilla)

Preguntas Frecuentes

Si tengo artrosis en una rodilla, ¿la tendré en la otra?

Si le han diagnosticado artrosis, tener una rodilla afectada no significa que desarrollará desgaste en la rodilla opuesta. Alrededor del 40  % de los pacientes que padecen Gonartrosis tendrán la misma afección en la otra rodilla. En contraste, los pacientes con Artritis Reumatoide a menudo desarrollan problemas en ambas rodillas.

¿Por qué mi rodilla se está volviendo más arqueada?

La creciente deformidad de volverse más arqueado representa el mayor desgaste del cartílago y el hueso de un lado de la rodilla en comparación con el otro. Por ejemplo, si uno es chueco de joven, es probable que, con el transcurrir de los años, esa chuequera se vaya incrementado, haciéndose cada vez más notoria. Si a estas alteraciones en el eje de la rodilla, les sumamos la presencia de alguna otra patología concomitante, como una lesión meniscal o ligamentaria, el tiempo para llegar al deterioro articular podría acelerarse.

¿Qué es el crujido que siento en mi rodilla?

El crujido representa las superficies rugosas que se rozan entre sí. En lugar que el cartílago liso se deslice contra el cartílago, el hueso artrósico pierde el revestimiento cartilaginoso, es áspero e irregular, y no se deslizará bien. Esto no se debe confundir con los ruidos articulares, o chasquidos, que en la mayoría de los casos son completamente benignos y pueden ocurrir a cualquier edad.

¿Qué tipo de cosas además de la cirugía puedo hacer para ayudar?

Modificar sus actividades para evitar aquellas que provocan dolor puede hacer que su condición sea más llevadera. Además, perder peso disminuirá en gran medida las fuerzas a través de la articulación de la rodilla, lo que también reducirá el dolor.

¿Cuáles son los ejercicios para ayudar con la artrosis de rodilla?

La fisioterapia a menudo ayuda en las primeras etapas de la artrosis de la rodilla. La clave está en realizar algunos ejercicios centrados en fortalecer el músculo cuádriceps. Estos deben ser ejercicios con rango de movilidad acotado, para evitar sobrecargar la rotula, de otra manera podrían generar aún más dolor del que ya padece.  Además, se puede comenzar con fisioterapia para la rodilla con un un programa estructurado a seguir.

¿Por qué debería reemplazarme la rodilla?

La decisión de hacerse un reemplazo de rodilla es personal y debe tener en cuenta los riesgos y beneficios del procedimiento. La mayoría de los pacientes elegirán un reemplazo total de rodilla cuando ya no puedan soportar el dolor asociado a su artrosis. Otros decidirán por la cirugía cuando sientan que su artrosis les impide participar en actividades recreativas o comunes de la vida diaria. Como mencionamos anteriormente, la decisión de cuando realizarlo depende 100% de usted, y en la mayoría de los casos, demorar la cirugía no implica que ésta será más compleja con el tiempo.

¿Qué es la prótesis?

Una prótesis es un implante para un reemplazo total de rodilla que está hecho de una combinación de metal y plástico. Las partes metálicas generalmente están compuestas de cromo cobalto, titanio o acero quirúrgico, y el plástico está hecho de polietileno de alto entrecruzamiento. Hay numerosas marcas, tanto importadas como nacionales. Nosotros no trabajamos con una marca especifica de prótesis, sino que el modelo a utilizar puede variar según cada caso en particular. Aunque si recomendamos que sean productos de calidad, ya que este será un factor primordial al pensar en la durabilidad del implante.

¿Encenderé un detector de metales?

Si bien los implantes de rodilla generalmente no activan detectores de metales, las máquinas más sensibles pueden registrar la presencia del implante. Actualmente, la cantidad de pacientes que tienen prótesis de rodilla es alta, por lo cual no debe preocuparse, en los aeropuertos ya están acostumbrados a este tipo de situación.

¿Soy muy mayor para un reemplazo de rodilla?

La edad no es un problema si es sano y tiene ganas de continuar llevando una vida productiva y activa. Es posible que se le solicite que vea a su Médico Clínico y al Cardiólogo para que le den su opinión sobre su estado salud y sobre la preparación para una eventual cirugía.

¿Cuáles son los riesgos principales?

La mayoría de las cirugías se realizan sin complicaciones. Las infecciones y las trombosis son las dos complicaciones graves que más nos preocupan. Para disminuir el riesgo de padecer estas complicaciones, utilizamos antibióticos y anticoagulantes. También tomamos recaudos especiales tanto en la preparación pre-operatoria como en la sala de operaciones para reducir el riesgo de infecciones. Las chances de padecer alguna de estas complicaciones son de alrededor del 1%, o sea que ocurre en 1 de cada 100 pacientes.

¿Cuánto dura la operación?

Nos reservamos alrededor de tres horas para la preparación pre-operatoria, cirugía y recuperación. El procedimiento quirúrgico en sí demora aproximadamente entre una hora y una hora y media, el resto del tiempo esta destinado al traslado del paciente, la anestesia, el posicionamiento en la camilla quirúrgica y la colocación de la curación de la herida post cirugía.

¿Quién realizará la cirugía?

El cirujano que usted ve por consultorio es quien realizará la cirugía, aunque en todos los procedimientos participamos los tres conformando el equipo quirúrgico (uno actúa como cirujano principal y los otros dos como ayudantes)

¿Cuándo podré levantarme de la cama?

Podrá levantarse de la cama el mismo día de la cirugía. La mañana siguiente se levantará con la ayuda del kinesiólogo, se vestirá, se sentará en una silla o asiento reclinable y comenzará su rehabilitación en el Sanatorio.

Si ambas rodillas tienen artrosis, ¿puedo reemplazar ambas al mismo tiempo?

Sí, los pacientes sanos menores de 65 años, sin enfermedad cardiopulmonar pueden ser candidatos para dicha cirugía. En consultorio podremos brindarle más información sobre lo que implica.

¿Qué longitud tendrá la cicatriz y dónde estará?

La cicatriz se localiza en la región central de la rodilla en sentido longitudinal al miembro y tendrá una longitud de 10 a 15 cm aproximadamente. En todos los casos realizamos suturas intradérmicas, como hacen los cirujanos plásticos, lo que dejará una cicatriz más cosmética y se evita el retiro de puntos ya que se realiza con un hilo reabsorbible.

¿Qué tipo de anestesia se usa?

La mayoría de los reemplazos totales de rodilla se realizan bajo anestesia regional. Se llama bloqueo. La anestesia raquídea proporciona anestesia desde la cintura hacia abajo, por lo que no habrá dolor durante la cirugía. Además, los pacientes reciben un sedante ligero para que tengan el sueño o la vigilia que quieran. Usted tendrá una visita pre-operatoria con el Médico Anestesiólogo para conversar sobre las alternativas más seguras y lo ayudará a aclarar sus dudas al respecto.

¿Necesitaré transfusiones de sangre?

Rara vez los pacientes necesitan transfusión de sangre durante o después de la cirugía. Actualmente utilizamos una droga en el intra-operatorio, denominada Acido Tranexámico que disminuye el sangrado durante y luego del procedimiento, lo que ha disminuido de manera notable la cantidad de transfusiones realizadas.

¿Cuánto tiempo me quedaré en el sanatorio?

La mayoría de los pacientes a los que se le realiza un reemplazo de rodilla permanecen hospitalizados entre uno y dos días después de la cirugía. Si necesita más tiempo para rehabilitación, es posible que tenga otras opciones disponibles. Haga los arreglos antes de la cirugía para que alguien se quede con usted alrededor de tres días después que reciba el alta hospitalaria.

¿Tendré dolor después de la cirugía?

Sí, pero haremos que se sienta cómodo y tenga el menor dolor posible con los medicamentos adecuados. El mismo día de la cirugía tendrá mediaciones para el dolor que pasarán por vena. En la mayoría de los casos al día siguiente se pasa a medicación por vía oral.

¿Necesitaré un andador, muletas o un bastón?

Sí. Comenzará con un andador hasta recuperar la fuerza muscular luego de la cirugía. Este será provisto por la institución por lo que no es necesario que lo lleve, aunque si quisiera tener el suyo no habría inconvenientes. En la medida que vaya rehabilitando la marcha pasará a utilizar 2 bastones canadienses, luego dejará uno y para finalizar volverá a caminar sin uso de asistencia. El tiempo que demore en pasar de un estadio al siguiente variara de paciente en paciente.

¿Necesitaré ayuda en mi casa?

Sí. En los primeros días o las primeras semanas después de la cirugía, según su evolución, necesitará que alguien lo ayude a preparar la comida, hacer las tareas de la casa, etc. Deberán ayudarlo sus familiares o amigos. Prepararse con anticipación, antes de la cirugía, puede reducir al mínimo la cantidad de ayuda necesaria. Si ha lavado la ropa, limpiado la casa, terminado el trabajo en el jardín, cambiado la ropa de cama y congelado porciones individuales de comida, se reducirá la necesidad de ayuda adicional.

¿Necesitaré fisioterapia cuando regrese a mi casa?

Sí. La fisioterapia continuará, con un fisioterapeuta en su casa o en algún centro cercano a su domicilio. El tiempo por el cual deberá rehabilitar varía con cada paciente. Le daremos las ordenes necesarias para que gestione con su Obra social / Prepaga antes del alta Sanatorial.

¿Cuándo podré volver a la actividad?

Su regreso a la actividad será guiado por su cirujano y terapeutas. En general, los pacientes pueden caminar tanto como quieran a las 6 semanas después de la operación. Los pacientes pueden volver a manejar un automóvil entre las 4 - 6 semanas de la cirugía. Este tiempo puede acortarse si se opera de la rodilla izquierda y conduce un automóvil de transmisión automática.A las 2 meses, los pacientes pueden volver a jugar golf y nadar; a los 3 - 4 meses, pueden jugar tenis de dobles.

¿Cuándo podré regresar al trabajo?

Recomendamos que la mayoría de los pacientes se tomen al menos un mes de licencia del trabajo, aunque el trabajo les permita sentarse con frecuencia. Los trabajos que requieran de exigencias físicas exigirán una ausencia más prolongada.

¿Con qué frecuencia debo ver al médico después de la cirugía?

De dos a cuatro semanas después del alta hospitalaria, el médico lo verá en la primera visita al consultorio después de la operación. La frecuencia de las visitas de seguimiento dependerá de su evolución.

¿Cuánto durará la Prótesis?

Los estudios actuales indican que alrededor del 85 % de las prótesis funcionarán bien durante 20 años. Si su prótesis se desgasta, puede ser candidato para un segundo reemplazo de rodilla.

¿Por qué pueden fracasar las prótesis?

El motivo más común de fracaso es el aflojamiento de uno o varios de sus componentes. El desgaste del separador plástico también puede exigir una revisión. Estos aflojamientos pueden darse por la liberación de partículas que ocurre en la medida que se van gastando los materiales. Así como se gastó su articulación, las prótesis también sufren estos procesos con el paso del tiempo.

Otra de las causas de fracaso pueden ser las infecciones tanto las adquiridas en forma aguda como las denominadas crónicas tardías.